Sahara y el pequeño turismo

SAHARA
El pasado martes día 6 de noviembre tuvimos la oportunidad de escuchar el testimonio de una voluntaria, ex-alumna de TASOT que había ido al Sahara Occidental como parte de un voluntariado organizado por el IVAJ, pero que tras su experiencia decidió quedarse allí otras tres semanas.
Debemos comenzar afirmando que prácticamente ninguno de los presentes en el aula sabíamos con exactitud aquello que ocurrió y que sigue atravesando el pequeño trozo de tierra que se reivindica como independiente y opositor a las fuerzas invasoras de Marruecos.
Si bien, en esta entrada preferiría no hacer un resumen ni una breve exposición de los hechos de cómo surgió este territorio, cuál es su problemática ni cuáles son los protagonistas (ya fueran víctimas u opresores). A mi parecer considero que se trata de un tema algo más que respetable y complejo como para simplemente "hacernos a la idea".
MARTA nos comenzó relatando cuál era la situación de la población a la que había acudido, era un pequeño campamento de pobladores situados en un punto estratégico que les permitía estar a salvo de los posibles ataques de los marroquíes y de la misma costa. Sin embargo, esto les dejaba en un limbo que les afectaba por las condiciones climatológicas del propio desierto: sufriendo altas temperaturas, bruscos vientos, oscilaciones del la temperatura y la humedad, escasas precipitaciones.
La vida en el campamento se complica cuando el agua se convierte en un elemento de supervivencia tan escaso que obliga a la racionalización de cualquier acción.
Se trata de una vida muy dura, muy solitaria, esperando a que unos decidan no atacar y que otros dejen de mirar a otro lado. Sus posibilidades quedaron (irónicamente por la zona) congeladas, encajadas en alguna carpeta de las Naciones Unidas que decidió que no era problema que acatar en ese momento... pero ¿debemos mirar tan lejos?

España fue el país que se desprendió de la manera más rápida y descarada posible de las responsabilidades que tenía con el pueblo saharaui, se apartó del medio y levantó las manos mostrando que no tenía nada que hacer y que no era de su atención... ni tan siquiera preocupación. Pero sin embargo, no fue así para toda la población española. Desde hace más de 20 años se llevan a cabo las iniciativas de acogimiento familiar "Un verano en paz" en donde los menores del Sahara pueden ir a familias de acogida en España y pasar con ellos los meses de verano. Siendo este un programa crítico con las actitudes políticas de distanciamiento e indiferencia y acogiendo y tratando a muchos menores que de no venir a España, desconocerían muchas de las cosas de la sociedad moderna, e incluso, reciben atenciones médicas y cuidados que no podrían esperar en medio del desierto.

MARTA nos dice que lo que más le impresiona de la forma en la que viven ellos son los pequeños detalles, esos que no salen reflejados en los telediarios ni en los documentos burocráticos, pero que justamente son los que destacan a esta población por encima de lo que ella había conocido hasta ahora. Su particular respeto y atención en torno al TÉ, siendo éste un elemento que unifica a todos, que se demuestra como símbolo de acogimiento y recibimiento, el hecho de que si alguien viene se le recibe con una taza de té, sin importar las horas ni quién sea.... que el hecho de que las casas sean tan pequeñas que no exista el concepto de diferenciar entre salón, cocina, dormitorio, etc.
La intensidad de la vida de los niños, que uno pensaría que son desconocedores de todas esta situación, que se muestran ajenos y no les importa... pues NO ES ASÍ, es en sus rostros donde muestran cómo es la vida que tienen y, por desgracia, la que les depara. Unos rostros que sin ser tan mediáticos como aquel retrato parisino, muestran una intensidad de tristeza y confusión en sus ojos, mientras que en los labios parpadea alegremente una sonrisa que les impulsa a seguir con la vida que llevan.





PEQUEÑO TURISMO
He considerado preciso utilizar este título por las exposiciones que hemos tenido en la semana sobre las poblaciones que hemos analizado y lanzado propuestas turísticas. Se tratan de las poblaciones de Serra, Camporrobles y Almansa.
Entre ellas, a pesar de ser diversas entre sí, cada una cuenta con una historia, una población, cultura y una explotación turística, lo cierto es que todas ellas comparten que se ven minúsculas comparadas con las grandes potencias turísticas como son Londres, París o Roma. Las poblaciones que se han presentado en clase tiene un tipo de esencia que no les permite llegar a la gran expectación que surgen de estas grandes metropolis, pero... curiosamente... tampoco lo buscan ni quieren. Son lugares donde el turismo no representa la fuente fundamental o gran pilar sobre el que se sostiene la economía del lugar, es por ello que los locales y los turistas no tienen una brecha tan estigmatizada ni negativa.
Las tres localidades tiene un turismo leve, estacional, sobre todo familiar, que prefiere visualizar su belleza natural, mostrando sus edificios y sus culturas de manera abierta, para que sea el propio turista el que despierte su propia curiosidad hacia el lugar: ni se le fuerce a no-sé-cuántos tours, ni s ele obligue a pagar para entrar el museo, ni se le lleve de un sitio a otro con la única disponibilidad de tiempo de hacerse la foto-postureo.
Los análisis que se han hecho de los lugares denotan que son sitios en los que la sociedad está ya conformada con todos los elementos necesarios, que todos los pobladores tienen una función y que en raras ocasiones pararían su ritmo de vida por unos turistas... pero no se muestran amargos, ni reacios a la entrada de éstos. Sino que reciben de buen agrado las preguntas, las curiosidades, muestran los lugares que para ellos tienen más una carga emocional que el contenido estético o histórico.
En lo que respecta a un turismo mucho más tranquilo, más placentero, más libre de no sentirse agobiado por las grandes edificaciones y la carga cultural histórica que muchas veces obliga a ver sitios porque sí.

Comentarios