Hasta el infinito y... MÁS ALLÁ!!!!

Si bien es sabido que desde las últimas décadas las compañías turísticas y las agencias de viajes han visto en los cruceros y el turismo sobre el agua la nueva generación del turismo de masas, lo cierto es que un nuevo "territorio" está prácticamente inexplorado.
Hablamos del turismo espacial, se trata de aquellos viajes que se realizan a más de 100 km de altura de la Tierra, lo que consideramos la frontera del espacio. No estamos hablando de ningún hecho que tendrá lugar dentro de 50 años, ni tampoco una de esas fantasías que sólo aparecen en las películas de ciencia-ficción. El turismo espacial existe y se puede constatar con casos reales, los turistas espaciales (aunque no todos quieren recibir esta acepción), y también hay empresas que compiten por alcanzar este destino astronómico.
No obstante, existen diversas contradicciones entre lo que hasta ahora se ha llevado a cabo en lo que se refiere al turismo espacial. Los "turistas" que han podido realizar este increíble hecho no se consideran como tales, es decir, ellos no fueron al espacio o a la Estación Espacial esperando un disfrute de un alojamiento de lujo, o unas vacaciones con visitas y exposiciones. Si no que los hombres y la única mujer, que han acudido a este inusual viaje lo han hecho en calidad de sus estudios científicos y aportaciones a campos como la biología y la física aplicada. Es decir, no tienen una formación para ser astronautas ni tienen una misión especial asignada por las agencias espaciales de Estados Unidos y Rusia (las dos únicas potencias que hasta el momento pueden autorizar la permanencia en la Estación Espacial), sino que se candidatan como personas con estudios interesantes a aportar y que, para financiar su viaje, deciden pagar el viaje.


He aquí otro de los grandes problemas del turismo espacial: el precio. Hasta el momento los viajes al espacio tienen un coste que asciende a unos 20 millones de dólares por 12 días de media de estancia. Todos los viajantes al espacio han costeado su entrenamiento, su viaje y su alojamiento, lo que incluye tener que pagar a otros miembros astronautas para que le ayuden en el lanzamiento, aterrizaje y mantenimiento. El alto coste de estos viajes no sólo es porque sea muy caros de por sí (estamos hablando del espacio), sino porque se trata de reales misiones de estudios científicos que se realizan en gravedad cero, por lo que también han de costear lo que cuestan los ensayos y los materiales.
Con ello el turismo espacial no acaba de alcanzar los significados que hoy por hoy la mayoría de la población entiende como "turismo", sin embargo, los propios turistas espaciales han calificado a esta experiencia como "un lugar al que volverían", un "paraíso", una "experiencia inolvidable", "sentirse mejor que nunca", etc. Algo que a muchos nos suena como volver de unas vacaciones en un lugar muy muy lejano.

Comentarios